miércoles, 9 de enero de 2008

La joven formal


En plenitud

En la vejez

Hoy, hace 100 años nació Simone de Beauvoir. El paso del tiempo no ha demeritado su obra, su influencia. Referente necesario para los cambios que se gestaron en la segunda mitad del siglo XX.

Referente también para los cambios personales y para la toma de posturas. A muchas nos influyó. Pasamos por esas etapas: joven formal, madre, hermana, amantes y pronto llegaremos a la vejez y es así como cada texto suyo se reflexiona nuevamente en cada etapa de la vida.

Eterna Simone.

¡Mercí Madam!

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no mal recuerdo.. Naná... pero lo leí hace AÑOS... y como tengo una pésima memoria... je, menos me acuerdo... jajaja
En fin, creo fielmente que la mujer debe disfrutar cada una de las etapas... yo... sigo disfrutando mis casi treinta...!!!!
Un abrazo!

marichuy dijo...

Angeek

Ya sabes de mi admiración y reconocimiento por esta gran mujer, como bien me dijiste, hoy más que nunca hacen falta féminas como ella.

Alb@ dijo...

La obra de Simone fue un parteguas para el papel de la mujer en la sociedad de aquel entonces, fue valiente, inteligente, sutil, firme...toda una dama.

Nos ha tocado romper esquemas pero hemos salido adelante, seguimos ocupando más espacios en todos los ámbitos haciendo un papel digno.

Sí, somos valiosas.

Anónimo dijo...

no recuerdo haberla escuchado :S me falta cultura jeje

saludos

Coro dijo...

Ayer, que sería su 100 cumpleaños leímos un fragmento de su biografía en clase... pura casualidad.

Saludos

Mafalda dijo...

......

El güero Rafa me dijo hace muchos años que toda mujer tenía que leer aunque sea un libro de Simone; razón tiene el mugroso. El segundo sexo sería uno de los recomendados desde mi humilde punto de vista.
Un abrazo mi Dama.

Mafalda

chilangoleon dijo...

chica=yeye=parienta=fox

Kix dijo...

Eterna en verdad :-)

Abrazo mi querida Angeek, y feliz fin!

ErosGod1 dijo...

Luego entonces, sí existencialismo es humanismo, feminismo es humanismo.

Los humanos somos organismo, actitud y circunstancia.

Cuánto le debe Sartre a Simone...

Un abrazo.

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Casualmente mi hermana está leyendo las "Memorias de una joven formal", que leí hace algunos años con mucho entusiasmo, lo mismo que sus otros volúmenes autobiográficos. Es una experiencia emocionante leer cualquiera de estos libros en que ella recuerda su propia apasionada e intensa vida.

¡Feliz 2008 para ti y los tuyos, Angeek!

Diego Fabián dijo...

Mmmm... Me dejas un poco perplejo, mi amiga Angeek... Para serte sincero, nunca había oído hablar de ella!!!...

En fin... Puede ser porque aún soy un niño (¿¿bueno??... Jajaja...)

Un fuerte abrazo, mi querida Angeek...

george dijo...

Este deber todavia no lo he hecho:
leer a Simone de Beauvoir...
?cual será el mejor libro para un principiante???
me interesa mucho el tema!

un beso y feliz 2008

Bernardo Felipe Martínez Meave dijo...

Carta de Simone de Beavoir a Nelson Algreem


Nelson, mi gran amor. Estoy muerta de cansancio, pero es imposible que me vaya a dormir sin escribirte. Fue tan duro separarse media hora después de saber que seguía contando para ti, tan amargo saber que hubiese podido habérmelas arreglado para quedarme si hubiese estado segura de mis sentimientos a tiempo. Necesito hablarte, porque es la única forma en que encontraré la paz esta noche. Durante el trayecto en el tren, en el taxi, o el avión, no he dejado de hablarte, no te asustes si lloro. En la introducción que me has hecho ayer-Thomas Man decía que en cada ataque de su enfermedad, Dostoiesvki conocía unos instantes de verdadera felicidad que valían por diez años de vida. Y es cierto que tú tienes el poder de causarme por unos segundos una especie de fiebre que vale por diez años de salud. Puede que tu malvado corazón sea profundo y cálido pero no es tan febril como el mío y no creo que no puedas comprender el choc que una vez más me ha causado el don que hace unas horas has vuelto a hacer de tu amor. Choc que me ha enfermado físicamente. Es para luchar contra ese malestar que te escribo, por eso, perdóname si esta carta te parece sin sentido porque tengo que salir de este estado. Además, siempre quise decírtelo, confiarte algunas reflexiones que me inspira nuestra historia.
Desde el primer día me sentí culpable por darte tan poco a pesar que tenía tanto amor. Sin embargo, sé que me has creído y que has comprendido mis explicaciones. Jamás hubieras aceptado venir a vivir definitivamente a Francia aunque te retenga en USA el mismo vínculo que me retiene en París. No voy a defender ese punto: no podía dejar a Sartre, la escritura y Francia. Admito que no me crees cuando digo “no podía”, sin embargo, lo sé, que comprendas mis razones no cambia en nada el hecho en sí: no te he dado mi vida, no te he dado mi corazón, te he dado todo lo que te he podido dar, pero no mi corazón. He aceptado tu amor y lo he condenado a no ser más que un amor lejano (…) Me he sentido culpable todo el tiempo, sentimiento amargo, el más amargo porque concierne el hombre amado. Si te he querido abandonándote, he sufrido bastante por eso. Sin cesar tengo miedo de que pienses que yo me reservaba la parte agradable de nuestro amor. No es verdad. Si he fallado en darte la felicidad que un gran amor debería dar, he sufrido muchísimo por esa razón. Me haces falta a cada instante y la conciencia de mi error, de tu posible rencor, me ha hecho sentir, más de una vez, absolutamente miserable. Puesto que te he dado tan poco, pensé que sería justo que me arrojaras de tu corazón. Pero, comprender una situación no impide que esta te parezca cruel. La primera vez, en Nueva York, fue duro, y el año pasado, también. Créeme también esto: he llorado mucho y si actué como lo hice fue por reacción a una profunda herida, herida que no ha cicatrizado en todo el año. Sin embargo es terrible no sentirse amada cuando tu amor es más violento que nunca y no te esperas el rechazo. Pese a todo, empezaba a aceptar este hecho con resignación cuando vine a verte en setiembre tratando de hacerme a la idea de tu amistad y de mi amor. La situación no me hacía feliz, pero me parecía tolerable.
Y esta noche tengo miedo, un verdadero miedo mortal. Una vez más he echado abajo todas mis defensas. Me dices que no me desalojas de tu corazón y, al no tener que luchar más contra tu indiferencia, permanezco desarmada y nuevas heridas profundas, indefinidamente, podrán abatirme si decides rechazarme. No puedo ni siquiera soportar la idea. Un cansancio enorme me acosa. Petrificada ante el sentimiento de encontrarme completamente entre tus manos, sin defensa. Por primera vez te suplico: guárdame en tu corazón o expúlsame pero no permitas que me aferre a tu amor para descubrir de repente que ya no existe. Me rehúso a pasar por esta prueba, ni siquiera acepto la idea.
Comos ves, he perdido completamente la cabeza, si te enamoras de otra, todo está dicho. Solo en la medida en que decidas rechazarme o no, podrás reflexionar en lo que significa para mí. No me retires de tu corazón ahora, guárdame hasta nuestro próximo encuentro y haz que nos encontremos en poco tiempo. Sabes, como yo, que sea cual sea tu decisión, yo no te causaré ningún problema. Esta carta es lo más duro que recibirás de mi parte. Por una sola vez te estoy pidiendo algo: que no me arranques de tu corazón y que te esfuerces en conservarme. El tiempo que he sabido que contaba para ti, ha sido tan corto, que no puedo resignarme y tiene que prolongarse. Quiero que me beses con amor una vez más. Te amo tanto. Te he amado por el amor que me diste, por el deseo físico y las ganas de felicidad que despertaste en mí, pero incluso cuando eso ha desaparecido, o disminuido, mi amor ha sobrevivido por lo que eres. Porque eres quien eres. Independientemente de lo que me des o no, permaneces en mi corazón para siempre. Y la posibilidad intuída de que ese amor vuelva a ser de nuevo feliz me ha destrozado. No soy más que un montón de escombros. Entonces, no te molestes al recibir esta carta descabellada. Aquí estoy aquí en el hotel Lincoln y voy a tratar de dormir. La noche me aterra. En toda mi vida no he deseado algo con tanta voluntad y ardor: volver a verte.

Anónimo dijo...

Como ves, no era la furibunda antimachista. En la Fuerza de las Cosas ella habla de esa relación.

pez dijo...

gueno, al menos Yeye se sinceró y confesó no haber oído hablar de ella

otros dijeron que era eterna sin haber leído un solo libro de ella

yo diré simplemente que he oído hablar de ella, pero tampoco no he leído nada de ella

y a como voy (de lento) no creo hacerlo pronto

un saludo