El lomo de la vida
Tras la reclusión vino de improviso la luz.
Deslumbrada,
llegué al núcleo de un violento avispero.
Ajena a la concesión estudiada,
inoportuna,
con la simplicidad del que ignora
el aguijón de la insidia,
pasé la mano, sin malicia, por el lomo de la vida.
Dios mío, qué brutal quemadura.
Tras la reclusión vino de improviso la luz.
Deslumbrada,
llegué al núcleo de un violento avispero.
Ajena a la concesión estudiada,
inoportuna,
con la simplicidad del que ignora
el aguijón de la insidia,
pasé la mano, sin malicia, por el lomo de la vida.
Dios mío, qué brutal quemadura.
7 comentarios:
Angeek
Acabo de leer en "La Jornada" que murió doña Enriqueta Ochoa.
Bello bueno ese poema y muy ad-oc la imagen que ilustra tu post.
Abrazos
deja y me informo quién es esa señora y luego opino, je
Igual de ingenua, yo he pasado mi mano por el lomo de la vida.... y sí... de que quema, quema !!!!
En este momento me gustaría ser ambas cosas de lo que representa tu imagen.... musa... y dormida.
...le hubiera gustado...
... es todo lo que quiere un poeta...
... vivir en otros, cuando muere....
Vengo a dejar un saludo... me quedé pensando en lo de la vida ardiente, que quema... mmm... qué mejor dolor buscado, no evitarlo nunca estaría de mas no?
Angeek
¿En serio extrañas mis peliculescas reseñas? En la reciente Muestra vi un filme de Claude Cabrol, "La fille coupée en deux", donde se aborda un tema algo escabroso, eso sí tratado con el filo y elegancia acostumbrada por ese director. Y se me antojó comentarlo, pero en eso me quedé. Quizá me anime pronto; tengo un buen de DVD sin abrir.
Saludos
PS ahorita sigo elaborando otro tipo de elucubraciones, je.
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